PRAT GAY Y GIL LAVEDRA VISITAN EL MERCADO DE PULGAS
por Sonia FakielLos candidatos a diputados por la Ciudad de Buenos Aires del Acuerdo Cívico y Social, Alfonso Prat Gay, Ricardo Gil Lavedra y Enrique Olivera recorrieron, junto a varios candidatos a legisladores porteños, el Mercado de Pulgas, ubicado entre los barrios Palermo y Colegiales, con el objetivo de hablar con los trabajadores del lugar, profundizar sobre su problemática y explicarles sus proyectos con respecto a la finalización de las obras comenzadas hace 4 años, en un predio aledaño adonde se encuentran actualmente, que es donde originalmente debería estar la emblemática feria.
El evento, anunciado para las 16, comenzó 23 minutos más tarde con la llegada de los funcionarios, que realizaron una caminata por los pasillos del mercado. A ellos se les sumaron miembros de los partidos que conforman el Acuerdo que los esperaban con ansias en la puerta del lugar repartiendo a la poca gente que ingresaba allí, panfletos y un periódico de la alianza.
Los angostos pasillos del mercado fueron testigos de una improvisada y desprolija caminata de unas 40 personas que se movían lentamente y en bloque. De a poco, los funcionarios se dispersaron y conversaron con los vendedores en pos de conocer sus inconvenientes en ese predio, que no es el que le corresponde a la feria. Blanca Sánchez, dueña de uno de los negocios explicó que los sacaron de dónde estaban por “cuestiones de seguridad pero allá nunca había pasado nada y acá ya hubo varios accidentes bastante graves. Además este es un lugar muy precario donde no tenemos ni baño”. Explicó que les habían prometido 9 meses de obras y ya pasaron 4 años y 3 gobiernos, sin embargo ninguno finalizó los arreglos.
Por su parte, el candidato a legislador porteño que encabeza la lista del Acuerdo, Fernando Sánchez, sostuvo que es la intención del frente presentar un proyecto para “terminar la obra que hace 2 años está terminada en un 90%, lo que muestra el desinterés del gobierno porteño”. Agregó que él vive en las cercanías del lugar y que esta es muy importante para los que habitan por ahí porque hace a la identidad de los barrios.
También participaron del evento, entre otros, los candidatos a legisladores de la ciudad, Rocío Sánchez Andía, que estudia Comunicación Social en la UBA, Juan Pablo Arenaza y Rubén Campos, a quien un hombre se le acercó y se quejó porque la licitación ya fue hecha y la plata para el proyecto también está.
Ubicado en la manzana conformada por las calles Conde, Dorrego, Gral. E Martínez y Concepción Arenal., el Mercado de Pulgas marca la división entre Colegiales y Palermo Hollywood. Funciona desde el año 1986 en un gran galpón donde pueden encontrarse todo tipo de curiosidades, entre ellas se destacan las antigüedades en mobiliario, obras de arte y objetos de todas las épocas y estilos. En el 2006 fue clausurado y tuvo que mudarse provisoriamente a un predio aledaño, ya que durante los siguientes meses iban a realizar reparaciones. En el momento, los puesteros tomaron el lugar y se opusieron a las obras pero finalmente debieron movilizarse hacia el “nuevo” espacio, caracterizado por sus trabajadores como precario y peligroso.
ENTRE ANTIGUEDADES Y RECLAMOS
por Natalia LitvinovaSon las cuatro de la tarde, un calor de verano en pleno mayo deja húmeda la esquina de Dorrego y Gral. E Martínez, donde junto a una entrada oxidada y un cartel pintoresco hecho de madera añeja que dice: “Mercado de las Pulgas” aguarda la gente a los representantes de la Coalición Cívica y se acomoda esquivando dos mesas de plástico blanco, (con sombrillas azules en el medio al estilo playero) sobre las cuales están desordenadamente los panfletos del Acuerdo Cívico y Social.
De repente los murmullos cesan y los candidatos a diputados por la Ciudad de Buenos Aires del Acuerdo Cívico y Social, Alfonso Prat-Gay, Ricardo Gil Lavedra, Enrique Olivera y los jóvenes candidatos a legisladores Fernando Sánchez, Juan Pablo Arenaza y Rocío Sánchez Andía, sobresalen de la multitud que camina detrás de ellos en fila y a paso casi coordinado dando el comienzo al recorrido por el Mercado de las Pulgas.
Angostos y ocres pasillos repletos de antigüedades y muebles de fino roble, lámparas de cristales viejos, olor a polvo y a casa de la abuela, madera recién tallada, aserrín en las esquinas, fotos de Evita, muñecas sin pelo, collares de nácar y perla, monedas y artesanías de lata, personajes vestidos con ropa de las décadas pasadas le ofrecen mate a los candidatos, otros apenas observan y se quejan con su mirada. Bandejas de plata, monedas, tornillos, cucharas y carteles con mensajes desafiantes para los políticos corruptos forman parte de una situación algo bizarra donde objetos multicolores, jóvenes, ancianos, familias que pasean con sus hijos, el calor, los artesanos y los candidatos se rozan y se chocan continuamente.
Los comerciantes y los dueños de los negocios demoran la caminata con besos, fotos, palmadas en la espalda y preguntas que indagan sobre el futuro del mercado, mientras los candidatos responden con pocas palabras, amplias sonrisas y escarapelas en sus pechos. Saben que los protagonistas de hoy no son ellos sino los reclamos de los artesanos, coleccionistas y restauradores del antiguo mercado de las pulgas, ese que fue construido en 1988 sobre la esquina de Niceto Vega y Dorrego entre los barrios Palermo y Colegiales.
Aquel espacio amplio y cómodo para más de 140 puestos fue clausurado en el año 2006 por falta de higiene y seguridad, a pesar de la inconformidad de los comerciantes, y fue trasladado a un galpón de espacio reducido por la mitad a cambio de promesas hechas por el gobierno porteño de refaccionar y mejorar el lugar, promesas que cuatro años más tarde, según los dueños de los negocios, siguen siendo tan solo eso, promesas.
De repente los murmullos cesan y los candidatos a diputados por la Ciudad de Buenos Aires del Acuerdo Cívico y Social, Alfonso Prat-Gay, Ricardo Gil Lavedra, Enrique Olivera y los jóvenes candidatos a legisladores Fernando Sánchez, Juan Pablo Arenaza y Rocío Sánchez Andía, sobresalen de la multitud que camina detrás de ellos en fila y a paso casi coordinado dando el comienzo al recorrido por el Mercado de las Pulgas.
Angostos y ocres pasillos repletos de antigüedades y muebles de fino roble, lámparas de cristales viejos, olor a polvo y a casa de la abuela, madera recién tallada, aserrín en las esquinas, fotos de Evita, muñecas sin pelo, collares de nácar y perla, monedas y artesanías de lata, personajes vestidos con ropa de las décadas pasadas le ofrecen mate a los candidatos, otros apenas observan y se quejan con su mirada. Bandejas de plata, monedas, tornillos, cucharas y carteles con mensajes desafiantes para los políticos corruptos forman parte de una situación algo bizarra donde objetos multicolores, jóvenes, ancianos, familias que pasean con sus hijos, el calor, los artesanos y los candidatos se rozan y se chocan continuamente.
Los comerciantes y los dueños de los negocios demoran la caminata con besos, fotos, palmadas en la espalda y preguntas que indagan sobre el futuro del mercado, mientras los candidatos responden con pocas palabras, amplias sonrisas y escarapelas en sus pechos. Saben que los protagonistas de hoy no son ellos sino los reclamos de los artesanos, coleccionistas y restauradores del antiguo mercado de las pulgas, ese que fue construido en 1988 sobre la esquina de Niceto Vega y Dorrego entre los barrios Palermo y Colegiales.
Aquel espacio amplio y cómodo para más de 140 puestos fue clausurado en el año 2006 por falta de higiene y seguridad, a pesar de la inconformidad de los comerciantes, y fue trasladado a un galpón de espacio reducido por la mitad a cambio de promesas hechas por el gobierno porteño de refaccionar y mejorar el lugar, promesas que cuatro años más tarde, según los dueños de los negocios, siguen siendo tan solo eso, promesas.
